De acuerdo con los estudios de arqueología, los mayas del periodo prehispánico tuvieron una gran interacción con otros grupos de Mesoamérica. Se sabe que recibieron cierta influencia por parte de los toltecas, especialmente en periodo clásico tardío y postclásico. Se dice que los sacrificios humanos evidenciados en el cenote de Chichén Itzá fueron debido a dicha influencia. También las vasijas encontradas en la cueva de Balankanché denotan la presencia del culto al dios Tláloc, producto de la citada influencia. Pero los mayas de ese tiempo supieron asimilar o descartar los influjos de aquellas etnias y la esencia fundamental de la cultura maya persistió.
Al llegar los españoles a nuestra América, hubo un proceso traumático de conquista y colonización. La población de los pueblos originarios se vio devastada por la guerra y las enfermedades que los europeos trajeron. Durante los siguientes siglos dicha población se vio sometida a cambios forzados en los aspectos económicos, sociales y religiosos. Sólo por mencionar el aspecto económico, en Yucatán se practicó la ganadería, que ponía en peligro las tradicionales milpas de los campesinos. Afortunadamente esta actividad sobrevivió hasta nuestros días y convivió con la ganadería así como con otros cultivos como la caña de azúcar y el palo de tinte.
Desde el siglo XIX se empezó a cultivar el henequén y las grandes haciendas modificaron la vida de los pueblos. Ya en el siglo XX este cultivo se volvió intensivo y extensivo. En la zona central y en el poniente del estado de Yucatán el paisaje cambió mucho pero la cultura local se sostuvo. Posteriormente el cultivo del henequén entró a una fase de industrialización. Con todo lo anterior la milpa tradicional, junto con sus derivaciones culturales, persistió hasta nuestros días.
El megaproyecto religioso
En cuanto al aspecto religioso me parece conveniente mencionar que desde la llegada de Francisco de Montejo (1517) hasta el presente, el dominio de la religión católica ha sido muy poderoso. Pero aun así, han persistido los rituales prehispánicos vinculados a la agricultura. Hasta la fecha se puede presenciar el Chaachak, el Jedsluum y el Waaji Kool.
Cabe aclarar que la mayoría de los especialistas en cultura maya coinciden que se produjo marcado sincretismo que dificulta delimitar una religión de otra. Sin embargo, al efectuarse los rituales, se puede observar tanto la fortaleza de la herencia prehispánica, como en el idioma y, simultáneamente, en los nombres de las deidades que se mencionan en dichos rituales.
En el siglo XX, después de la Revolución Mexicana, hubo planes del gobierno federal para que todos los mexicanos accedieran a un mismo sistema de educación. Se buscaba la superación escolar y la integración social del país. Por supuesto que la intención de educar a los mexicanos desde la niñez fue muy buena; pero tal proyecto no contemplaba la diversidad cultural de las distintas etnias de la nación. Posteriormente hubo un reconocimiento a las diferencias culturales de los pueblos originarios y se generaron nuevas políticas, pero esto fue en las décadas de 1970 y 1980. Ahora hay muchas instituciones que atienden la conservación y desarrollo de las etnias mexicanas. Entre otras están la Dirección General de Educación Indígena, el Instituto Nacional de Antropología e Historia, la Dirección General de Culturas Populares, el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas, el Gran Museo del Mundo Maya y el Instituto para el Desarrollo de la Cultura Maya.
Fortaleza de las costumbres yucatecas
Hay otro aspecto que me parece importante mencionar es en cuanto a la fortaleza de las costumbres yucatecas. Me refiero a la conmemoración anual del Janal Pixán o Día de Muertos. Cada año, en los medios de información surge la polémica en la que se plantea que el Halloween, proveniente de los países anglosajones, está desplazando al Janal Pixán. Pero tal dicotomía no existe, pues mucha gente, tanto en el medio rural como en el urbano, sigue efectuando las prácticas acostumbradas y las de ambas tradiciones pues no se contraponen.
Aquí cabe aclarar que el Janal Pixán sí está sufriendo cambios motivados por diversos factores, sin menoscabo de su existencia. Por ejemplo, los ingredientes que se le ponen a este guiso se han estado diversificando mucho en los últimos. Pero tampoco esto es nuevo. La hoja de plátano que se utiliza se incorporó en la época colonial, pues el plátano es originario de la India. El cerdo y la gallina que se usan en la elaboración del pib, son especies originarias de Europa, obviamente, se incorporaron en el periodo colonial. Pero nada de esto afecta a la esencia del ritual y su conmemoración, pues el Día de Muertos cumple con otras funciones sociales y simbólicas.
Un elemento muy importante que impulsa los cambios es, sin duda, la migración hacia otras fuentes de trabajo. Cuando se inició el megaproyecto de Cancún en 1970, miles de habitantes rurales se fueron a trabajar como albañiles. Unos regresaban semanalmente, otros lo hacían cada mes y unos más nunca retornaron. Los que volvieron a sus pueblos, llegaron con nuevos conocimientos e ideas, pero siguieron practicando sus tradiciones. Es importantísimo destacar que una buena parte de la población de cada comunidad, hombres y mujeres, permaneció siempre en las localidades de origen. Fueron estos habitantes los que mantuvieron todas las pautas culturales que hasta hoy día podemos observar.
La incorporación a la modernidad
En los tiempos actuales se puede constatar que muchas personas vinculadas a la educación y promoción de la cultura maya están haciendo uso de las nuevas tecnologías y las redes sociales para cumplir con sus objetivos. La difusión de esta cultura abarca libros digitales, cursos disponibles a todo público y material didáctico de fácil acceso. Hoy día las comunicaciones a través de las nuevas plataformas permite la interacción de maestros, alumnos y colegas que finalmente fortalecen la enseñanza y difusión de la cultura maya.
La cultura del pueblo maya ha tenido continuos cambios desde los tiempos prehispánicos hasta la fecha. También es evidente que los habitantes de Yucatán conforman una sociedad cada vez más heterogénea producto de los distintos grupos humanos que se han incorporado a la masa demográfica original. Pero esa heterogeneidad no se debe interpretar como una amenaza pues la cultura maya yucateca, como se ha demostrado aquí, superó siempre todos los proyectos que llegaron del exterior.
Por causas internas o externas los habitantes de Yucatán han experimentado cambios culturales de manera constante y paulatina. Estos cambios se han manifestado en los aspectos materiales e intangibles. Quienes piensan que debe existir una cultura maya antigua, pura o de los buenos tiempos, es porque no entienden que los procesos culturales de todas las sociedades son inevitables, dinámicos e irreversibles.
Carlos Evia Cervantes
Carlos Augusto Evia Cervantes es antropólogo social por la UADY y fundador del Grupo Espeleológico Ajau. Es un reconocido estudioso de los mitos mayas