Xtojil revela los antecedentes de la Chichén de los mayas

 

Trabajos de salvamento entre Yaxcabá y Libre Unión, Yucatán.

Trabajos de salvamento entre Yaxcabá y Libre Unión, Yucatán.

A 20 kilómetros de Chichén Itzá, en Yucatán, en el sitio maya de Xtojil, arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) recuperaron una decena de entierros, la mayoría colocados dentro de cistas hace más de mil años, probablemente entre 600 y 800 d.C., cuando la urbe prehispánica aún no se convertía en el centro rector del norte de la península, informó hoy el INAH.

Los vestigios, junto con otros que a lo largo de varias décadas que se han hallado en la región, han permitido establecer que hace más de mil 200 años había una densidad poblacional importante, dispersa en asentamientos cercanos, en torno a cenotes, y después por diversas razones, se desarrolló Chichén Itzá como la capital.

En un tramo carretero de 18 kilómetros (de Libre Unión a Yaxcabá), se detectaron 28 estructuras arqueológicas de distintas dimensiones —casi todas ellas colapsadas—, que van desde cimientos simples sobre nivelaciones naturales del terreno y basamentos habitacionales más elaborados, hasta estructuras piramidales de 6 a 12 m de altura.

Más de la mitad de las 28 estructuras se concentran en Xtojil, próximo a la comunidad de Libre Unión. El asentamiento alcanzó un importante desarrollo gracias a las fuentes de agua cercanas como el cenote que le da nombre y una gran laguna llamada Sayausil.

De la decena de entierros —asociados directamente al mencionado cimiento absidal y su basamento—, siete corresponden a individuos depositados extendidos dentro de cistas (excavaciones realizadas bajo el piso estucado del basamento y recubiertas con piedras lajas), cuyas medidas son de 1.80 m de largo por 60 cm de ancho, en promedio.

Como parte de los materiales ofrendados a los individuos que fueron colocados en las cistas, se registraron casi 30 piezas de cerámica: platos, cajetes, cuencos, ollas y vasos. En promedio, a cada entierro se le acompañó con tres de estos objetos; además se detectaron navajillas de obsidiana, cuentas de jade y pendientes de concha, indicadores de que existía comercio con otras regiones de Mesoamérica.

De las antiguas piezas de alfarería sobresalen un vaso y una olla pequeña que poseen inscripciones jeroglíficas, algo poco reportado en el área. Los estudios epigráficos de estos objetos serán fundamentales para comprender a mayor profundidad la historia de Xtojil y su relación con otros asentamientos de la región.

El salvamento en Xtojil, que concluirá este mes, ha permitido tener un panorama más completo sobre las características de los asentamientos cercanos a Chichén, una línea de investigación seguida por los arqueólogos José Osorio León y Francisco Pérez Ruiz en los últimos años.

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