Sin territorio, las culturas indígenas se extinguen, advierten expertos de Yucatán

Jesús Lizama y Feliciano Sánchez, en el auditorio del Ciesas Peninsular.

Jesús Lizama y Feliciano Sánchez, en el auditorio del Ciesas Peninsular.

Mérida, 2 de diciembre de 2013 (elChilamBalam).– El reconocimiento de los pueblos mayas será siempre insuficiente mientras no se implementen políticas públicas que les permita autogobernarse y les permita tomar decisiones sobre sus propias tradiciones, afirman expertos reunidos en el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (Ciesas). 

En la presentación del documento “Consulta sobre mecanismos para la protección de los conocimientos tradicionales, expresiones culturales, recursos naturales, biológicos y genéticos de los pueblos indígenas”, del CDI, el doctor en Historia Jesús Lizama Quijano y el maestro y escritor maya Feliciano Sánchez Chan señalaron la encrucijada en que se encuentran hoy día los pueblos originarios, privados de su territorio en donde desarrollaron su cultura.

En su presentación, el 14 de marzo pasado, Jesús Lizama, investigador del Ciesas, afirmó que la situación de inferioridad en que se tienen a los pueblos indígenas no ha mejorado de manera significativa desde la imposición de los españoles.

Es verdad que hay algunos acuerdos internacionales y alguna ley, pero en general permanece la supremacía del castellano sobre todas las otras lenguas, a pesar de crecientes reclamaciones y de políticas interculturales.

“Los pueblos mayas no toman decisiones, las toman otros”.

El doctor Lizama recordó el convenio169 de la OIT, firmado por México, que garantiza la protección de los conocimientos tradicionales, convenio que sin embargo no tiene ningún sentido si no hay políticas que terminen con la discriminación que padecen los pueblos originarios.

La consulta, que comenzó a prepararse desde 2003 y cuyos resultados se obtuvieron definitivamente en 2011, señala que todo peligra de los pueblos indígenas, desde su idioma hasta sus tradiciones, que se ven socavadas por la falta de un territorio en donde la realicen con libertad.

En efecto, indica el maestro Feliciano Chan, el territorio en donde los pueblos mayas realizaron su cultura se les ha quitado desde la llegada de los españoles, y en los siglos que siguieron, las expoliaciones se han manifestado de diferentes maneras. “Los pueblos mayas no toman decisiones, las toman otros”.

Hay tres pilares sobre los que descansa una cultura, indica el escritor maya: el territorio, el cual provee los recursos naturales que permite las manifestaciones, incluyendo el clima; la lengua con que se expresa aquella forma de ser e incluye la ciencia y la tecnología, y el entorno que permite resolver las necesidades básicas y generar manifestaciones artísticas de todo género.

Si analizamos bien, indica el experimentado promotor de cultura maya, cuando los españoles llegaron primero esclavizaron el territorio de los mayas, luego esclavizaron a estos. Pero a partir de aquellos aciagos tiempos, los tipos de esclavitud se han mantenido de diferente maneras.

Así, añade, hubo una época en que primero se cultivó caña de azúcar, luego el “oro verde”, luego pasto para ganado, cítricos, papaya maradol, renta de las tierras a precios irrisorios a grupo de extranjeros durante 30 años (en qué condiciones entregarán la tierra?)…

“Eso no es preservar la cultura, es la folclorización de la cultura”

La cuestión entonces es cómo conservar y dar continuidad a nuestra cultura si no tenemos un territorio, el mismo que en el pasado proveyó los recursos y el entorno para realizarla.

Feliciano Sánchez descree en esas habituales representaciones folclóricas de gente vestida de “mayas prehispánicos”, danzando y soplando sus caracoles… “Eso no es preservar la cultura, es la folclorización de la cultura”, afirma.

Los mayas, dijo, debemos invitar a los aliados a la causa indígenas y proponer soluciones a los problemas. De no ser así, advierte: los pueblos mayas sólo seremos un material de futuros estudios de la etnología y antropología social, pero nada más.

Al final de la presentación, el doctor Lizama sugirió a la CDI que imprima el documento para facilitar su consulta en las comunidades en donde no hay abundancia de computadoras ni de internet.

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