Ana Patricia Martínez Huchim: “Cuando yo muera que me entierre el ayuntamiento”

La escritora Ana Patricia Martínez Huchim en una exposición presentada en Maxcanú, en el marco del Congreso de Escritores Mayas organizado por la Escuela de Creación Literaria del CEBA

Fue en marzo de 2013 cuando el cronista conoció a Ana Patricia Martínez Huchim en persona. En esa ocasión la escritora presentó el librito U tsikbalil juntúul tsíimin tuunich, un cuento de manufactura artesanal, parte de un proyecto suyo en su natal Tizimín.

En ese tiempo, el pequeño círculo de los llamados “intelectuales mayas” organizaba sus actividades en el restaurante Espacios mayas. Era éste un excelente escenario para estas reuniones por estar en el centro de Mérida y contar con un gran espacio al aire libre.

Después de la presentación, varias personas hicimos fila para que nos autografiaran nuestro ejemplar recién adquirido.

Ix Paty, como la llamaban sus amigos, era un persona muy activa según constaté en el curso del año y de los sucesivos. Se la podía ver en “eventos mayas” de todo tipo. En ferias, cursos y talleres ahí estaba; en ferias de libro y eventos institucionales o “independientes” ahí estaba. Se la veía dando cursos de lengua maya o caminando en los pasillos de alguna facultad.

Nos veíamos y cruzábamos palabras aquí y allá, nada más. Pero pudimos conversar un poco más en diciembre de 2013 durante la Feria Municipal del Libro que organiza el Ayuntamiento de Mérida. El cronista atendió en esa ocasión la mesa de la Ediciones de la Calle 70, que encabeza el doctor Jesús Lizama Quijano. Claro: en la mesa también estuvo ix Paty que en aquel tiempo estaba promocionando U k’a’asajil u ts’u’ noj k’áax (Recuerdos del corazón de la montaña). Por su parte, el cronista exhibió su librito La mujer sin cabeza y otros relatos mayas que había salido en diciembre de 2012.

Nos divertimos mucho estos días. En este corto tiempo conocí un poco más la vitalidad y el humor de la escritora.

–Hoy no he vendido nada –comentó una tarde.

–Yo tampoco –le respondí –. Cuando me muera todavía tendré en casa tres cajas de La mujer sin cabeza.

–Ah, por eso no te preocupes: cuando te mueras tu hijos las venderán por kilos para reciclar –dijo riéndose.

Y todos nos doblamos de la risa.

También nos divirtió mucho las escenas que veíamos o que escuchábamos en el marco de la Feria.

Por ejemplo, una joven intelectual mira libros aquí y allí, como si se estuvieran agotando. Y toma libros como si recogiera fruta caída. Y pagaba, también como si nada, grandes cantidades de dinero…

En la mesa del Ayuntamento la joven se detiene y mira los títulos. De pronto fija la mirada en un librito “maya” con un título raro. El vendedor le explica el asunto y lo recomienda. Pero la intelectual, después de ojear el libro, explota y dice que es falso todo lo que dice, que el libro es una porquería. Enseguida pregunta al vendedor si conoce al autor. El vendedor, un poco intimidado, responde.

–Soy yo.

Y la joven intelectual se queda de una pieza, se deshace en disculpas y quiere destejer lo tejido…  

Atender un stand entre dos es divertido. De vez en cuando uno puede evadirse e ir a algún evento agendado como parte de la Feria. Y comer bocadillos y beber algo de vino.

Pero en esta feria también hubo momentos de conversaciones graves.

Me cuenta ix Paty, una tarde sin clientes:  “Ay, no. Como cuando llego a mi casa. Mi familia está dale y dale de qué va a ser de mí. Están muy preocupados por mí. ‘No puedes seguir así’, me dicen. Dizque porque no tengo un empleo fijo, que vivo al día, de aquí para allá. Que no tendré un ‘retiro’ cuando pasen los años y esté más vieja. Qué va a ser de mí. Los dejo hablar y cuando se callan, les respondo: ‘no hay problema: cuando me muera que me entierre el Ayuntamiento’. Y con eso se termina la discusión”.

Ana Patricia Martínez Huchim (a la izquierda) en clases de epigrafía en el ex Yuri Knorosov, en el Paseo Picheta, centro de Mérida

(Ana Patricia Martínez Huchim. Tu nombre es un nombre bastante sonoro, pero por alguna razón tus allegados del “área maya” preferían llamarte ix Paty Huchim.)

En una ocasión el muchacho pidió a ix Paty que le vendiera un ejemplar de Xtuux.

–Sí, todavía tengo ejemplares de U k’a’asajil u ts’u’ noj k’áax (Recuerdos del corazón de la montaña) –respondió, para enfatizar el título de la obra. (Xtuux es el mote de la protagonista de la historia.)

–Quiero uno. ¿Me lo traes?

–Claro, te lo traigo en la próxima sesión.

En aquellos días de 2016 convergían los dos en un taller de epigrafía maya, de los que imparte el arqueólogo Guillermo Kantun.

Al otro día, ix Paty llega a clase un poco tarde. Se disculpa y se sienta. Después de la sesión, a parte, entrega el libro al muchacho.

–Prometí traértelo, pero resulta que se me habían agotado. Fui por él en Sedeculta. Por eso llegué tarde a la clase –explicó de paso.

¡Qué detalle! Era en vano decirle ¡Paty, no tenías que hacerlo! Pero así era Paty. Disponible para todos, activa siempre, viviendo con aplomo la vida, sin quejas, haciendo lo que mejor sabía hacer: contar historia de los pueblos mayas.

Virginia Matus Cetz, una excelente mayera egresada de la Escuela de Creación Literaria en Lengua Maya (Bellas Artes), la recuerda de esta manera: “Es una buena maestra. Explica bien y enseña bien. Cuenta que viaja mucho a los pueblos y se relaciona con la gente para escuchar y registrar sus historias, como lo aprendió de su padre. En sus clases suele contar historias antiguas que ha escuchado en otros lugares. Ella dice que al mismo tiempo que registra historias del pueblo también esparce un poco la lengua maya, tal como aprendió de su padre".

Escucha el audio en maya en voz de Virginia Matus.


Ana Patricia Martínez Huchim cerró los ojos a este mundo en el año de 2018.

José Natividad Ic Xec

José Natividad Ic Xec es director de elchilambalam.com y mayapolitikon.com

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