Había dos jóvenes mayas que estaban muy enamorados, y que para dar rienda suelta a su amor se refugiaban en una cueva. La joven era una princesa.
Sin embargo, un día el joven tuvo que ausentarse y la joven doncella se quedó sola.
Todos los días la joven iba a la gruta a recordar a su amor que estaba lejos, y languidecía de nostalgia.
Los días pasaron, las semanas, los meses… El joven no volvía.
En la gruta la joven maya lloraba en silencio la ausencia del amado.
Pasaron muchos años y un buen día el joven regresó repentinamente y lo primero que hizo fue ir a la gruta en donde solía refugiarse con su amada.
Pero, ¡oh sorpresa!, en la gruta sólo encontró un cenote en medio del cual había un islote, y en medio del islote una flor de piedra, que en maya se dice “Loltún”.
El joven no abandonó nunca más la gruta y finalmente se convirtió en una estalactita. Cuando el viajero ve caer una gota de la roca, no es en realidad una gota de agua simple sino una lágrima del joven maya que ha perdido a su amor.
De este modo contaba más o menos la leyenda de Loltún el maestro Ricardo Delgado, director del grupo musical prehispánico Hum Batz, quienes nos acompañaron de Felipe Carrillo Puerto a Oxkutzcab, del viernes 11 al sábado 12 de octubre, en U xíimbal maaya kaajo’ob, que inauguró el Festival Maya Independiente Cha’anil Kaaj.