En memoria del filólogo y narrador maya Domingo Dzul Poot

 Foto de ElChilamBalam / El escritor Domingo Dzul Poot en su estudio en marzo de 2012, durante una visita de elChilamBalam

Es el escritor y filólogo Domingo Dzul Poot, hijo de Bécal, Campeche, una referencia en el ámbito de la literatura en lengua maya. El autor de Ees o El enano de Uxmal es considerado un pionero en la narrativa en maayat’aan, en la traducción, en la paleografía.

El cronista conoció al autor de Ees en 2012, en el contexto del tan anunciado “fin del mundo”. Lo visitó tres veces en su domicilio ubicado por la avenida Xoclán y conversó con él sobre su trayectoria largamente.

Pero una visita es una visita (es sobre todo, tsikbal) y de ninguna manera “una entrevista” en forma (minería de información) con datos y fechas.

Bix u beel a tsikbe’enil –fueron sus primeras palabras al recibirme a la entrada de su domicilio. Él mismo abrió el portón y me acompañó al interior de la casa. Arrastraba levemente una pierna. Supe que estaba enfermo, pero que aun así salía a su iglesia a cumplir con sus obligaciones pastorales.

–Ka bisa’aláaj.  [¿Te llevan?]

Ma’. Tin juunal kin bin.   [No. Me voy solo]

Tenía un tono suave al hablar, casi anulando las glotales, todo lo contrario a su interlocutor que gritaba cuando hablaba, como un digno hijo del sur. Sonreía mientras hablaba.Como buen anfitrión maya, me condujo a su cocina y me sirvió un vaso de jugo de naranja. Más tarde, al retirarme insistió en que me llevara algunas, lo cual hice porque uno tiene que saber aceptar obsequios que se hacen de buena fe.

Conversar con Domingo Dzul Poot es una experiencia que ocurre con naturalidad. Habituado a tratar con gente, el escritor recibe a toda persona como si la conociera desde siempre, y así recibió al cronista.

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Foto de ElChilamBalam / Domingo Dzul Poot, en su casa, en marzo de 2012

Apenas nos sentamos, él comenzó a contar. Narró la historia de un loro que debía vigilar a la esposa mientras el esposo estaba ausente.

Pasó sus primeros años en Bécal y la imagen que más tenía presente era la de su abuela, una gran contadora de cuentos. A la sombra de su casa, frente a la piscina, había un sillón de tela. “Es la silla de mi abuela”, señaló.

Su referencia fue siempre su abuela, y el cronista se lamenta no haber apuntado ese nombre.

“A la hora de comer, mi abuela nos reunía junto a ella, junto al fuego.

Nats’abáaje’ex. Kóol a k’áanche’ex, nika’aj in tsikbalte’ex ba’ax úuch yéetel juntúul koolnáal okla’ab u yatan –nos decía. [ Aproxímense. Traigan sus banquillos que voy a contarles la historia de un milpero al que le secuestraron la esposa.]

“Y comenzaba a contarnos historias antiguas. Muchas de ellas son las que he escrito”, cuenta Domingo Dzul Poot.

En una segunda visita me mostró sus libros que cabían en un pequeño estante. Los sacó para que yo los tuviera en las manos. Me mostró la Medalla Yucatán que había recibido unos días antes, junto con otros galardonados.

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Conocía Domingo Dzul Poot sus límites como estudioso de la lengua. En la discusión de una palabra, si esta podía significar esto o aquello, sabía permanecer en la frontera hasta donde podía afirmar. El cronista se atreve a decir un significado que cruza esa línea, y él dice con sensillez:

Lelo’ teech a’alik. [Eso, lo estás diciendo tú.]

Algunas escenas de la vida de Domingo Dzul Poot que el cronista recuerda son las siguientes:

Recorte del Por esto que da cuenta de un homenaje al escritor. Domingo Dzul Poot lo tenía guardado en su librero.

El niño Domingo camina bajo el monte. Caminan horas y horas en un grupo que se va de paseo. Salieron de Bécal al amanecer y se dirigen a Uxmal. Es éste un fin de semana de paseo, como los ha habituado su abuela. Poco después del medio día se detienen bajo los árboles y comen y descansan, y luego reanundan la caminata.

yalan che,

yalan ak,

yalan haban”.

[debajo las ramas,
debajo los bejucos,
en el descampado]

Recorren las ruinas de Uxmal bajo la guía de la abuela que les adereza la visita con cuentos diversos.

Más tarde, cuando emprenden el regreso deben detenerse en el camino al caer la noche. Dormían, contó al cronista, en un pasel que estaba a la orilla de la brecha y reanudaban el camino al amanecer. El pasel es una techumbre sostenida en cuatro maderos clavados en la tierra. Casi nunca sin paredes. En él toma un respiro y se refugia de sol y lluvia el campesino en el descampado.

“Ek u pazel yaxum” [Es negra la choza del pájaro yaxum.]

Ingresó al Seminario Presbiteriano en algún momento de su juventud y se formó en la casa de estudios que esta Iglesia tenía en el oriente, por Valladolid. En una ocasión fue, junto con otros compañeros, a buscar leña en los montes cercanos. Junto a un árbol que se disponía a partir surgió una boa que extrañamente lo atacó. Cuenta Domingo Dzul Poot que el reptil lo rodeó y lo comenzó a apretar, y él, en un último reflejo, le cortó la cabeza. Su hazaña fue muy celebrada al regresar a la casa de estudios.

Un día llegó a él un estudioso de la cultura maya. Se presentó como Alfredo Barrera Vásquez. Después de elogiarlo por los trabajos que ha hecho en su Iglesia (la traducción del Nuevo Testamento a la lengua maya), le preguntó si podía hacerle unas traducciones de textos escritos en maya antiguo. Dijo que sí. Y Barrera Vásquez le encargó la traducción de unas hojas “para ver” qué tal lo hacía. El académico quedó muy complacido y desde entonces lo hizo su traductor de confianza. Más adelante, junto con otros académicos (o sea, “estudiados”) emprendieron la tarea de formar el diccionario maya Cordemex.

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 En algún momento uno aprende a reconocer con qué tipo de persona está tratando, y el cronista sabía muy bien con quien trataba cuando hablaba con Domingo Dzul Poot. Podía sentir el halo de su estatura moral, el halo de la ecuanimidad de un hombre que vive con sabiduría. El halo de un sabio maya.

Ahora que se ha ido, los mayeros hemos perdido un puente que nos conectaba con cierta memoria de las primeras décadas del siglo XX.  Sin embargo, nos queda sus historias y sus palabras, donde podemos sentir –y aprender y recuperar– el sabor antiguo de las palabras mayas.

Domingo Dzul Poot nació el 27 de mayo de 1927 y murió la mañana del 26 de julio de 2021, en la ciudad de Mérida.
 

José Natividad Ic Xec

José Natividad Ic Xec es director de elchilambalam.com y mayapolitikon.com

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