Mérida, 1 noviembre, 2014 (ElChilamBalam).- El Janal Pixan es una celebración íntima que se realiza estrictamente en la casa, en la que la familia recibe a las almas de sus seres queridos muertos y los agasajan, recordó el maestro Feliciano Sánchez Chan.
Con el tiempo sin embargo, esta celebración ha mudado y hoy vemos una especie de “frenesí teatral” en que se hace de esta celebración un espectáculo, observó el escritor maya en Escuela Estatal de Bellas Artes en donde se erigió un altar la noche del jueves 30 en memoria de los escritores Ermilo Abreu Gómez y Gerardo Can Pat, éste último uno de los primeros poetas en lengua maya.
El autor de Ukp’éel wayak’ (Siete sueños) señaló la importancia de estar bien asesorado al momento de construir los llamados “altares”, porque ocurre que de pronto uno ve cosas que no sólo son propias del Janal Pixan, sino que incluso pueden ser ofensivas.
Por ejemplo, continuó, en algún concurso he visto colocar ceniza alrededor de la mesa, lo cual no está bien porque es un práctica de incrédulos. Para “comprobar” que las almas no vienen aquellos extienden ceniza en la que, desde luego, nunca verán huellas del alma que viene de visita.
Asimismo, uno puede ver en los “altares” que organizan las instituciones de gobierno verdaderas granjas, en donde están los pollitos y el cerdito. Lo cual tampoco está acorde a la tradición.
Los jurados de los concursos dictaminan diciendo que aquel grupo ganó por “apego a la tradición”, ¿pero cuál tradición si esta es cambiante, y en la mesa en donde había ciertos alimentos hoy vemos una nueva variedad?, señaló el profesor de Literatura Maya en Bellas Artes.
Alumnos de Creación Literaria en Lengua Maya ayudaron a la integración de las viandas de un altar donde se colocaron cítricos, dulces diversos, mazapanes y bebidas, y se colocaron fotografías de los dos escritores homenajeados.
Una estudiante del segundo año originaria de Tekom explicó el espíritu de la celebración y su acompañante enumeró las ofrendas y sus características. Dijo, por ejemplo: la carne que debe ofrendarse debe ser de gallina, de ninguna manera carne de gallo. La razón es que si el alma se dispone a comer y el gallo canta, el ánima se asusta y huye.
No faltó, desde luego, la ofrenda al alma sola.
Tres jóvenes del taller literario leyeron sendas “calaveritas”.