Un amigo que es médico (alópata) de una importante institución de salud pública de Yucatán tuvo recientemente una experiencia con la “medicina tradicional” que lo dejó fascinado. Resulta que mi amigo fue un fin de semana a visitar a sus padres y se topó con su cuñado que sabe de yerbas.
En su presencia, su cuñado arrancó una matita de verdolaga que por estos rumbos pueden verse en las orillas de las calles. El “curandero” exprimió el jugo y pasta del palillo arrancado y se lo aplicó a la prominencia de su paciente anónimo.
De acuerdo con la medicina alopática, las verrugas no tiene una curación. Se remedian cortándolas, quemándolas pero siempre “retoñan”.
En un encuentro posterior, de pocos días de distancia, la sorpresa de mi amigo el médico es ver al “paciente” de su cuñado presumir limpio el lugar en donde tenía la molesta verruga.
Entonces la enseñanza es clara: La verdolaga que crece en tierras mayas elimina las verrugas con la aplicación del jugo de la planta.
¿Tienes algún amigo con verrugas? ¡Pásale la receta!
En mi libro La mujer sin cabeza y otras historias mayas cuento un caso de curación de verrugas por medio del sudor de un muerto. En Flor Curativa. El milagro de la medicina de los mayas (libro de próxima impresión) recojo testimonios de curación masiva por medio de yerbas. La medicina antigua de los mayas está viva.