Cómo saber si un hombre que hace jmeen es “de verdad” un jmeen y no un hombre cualquiera que teatraliza presuntos rituales mayas.
La respuesta es sencilla. Los jmeen modernos, hombre sencillos de pueblo, mayahablantes dedicados generalmente a su milpa, nunca mencionarán la palabra Hunab K’u.
–¿Y a quiénes reza entonces el jmeen verdadero?
–A los vientos. Sólo a los vientos. Cuando el jmeen verdadero oficia una ceremonia, siempre mirando hacia el Oriente, se erige como la Ceiba Sagrada, el centro del mundo. E invoca a los vientos, señala Pedro Pablo Chim Bacab, Premio Internacional de Poesía del Mundo Maya Waldemar Noh Tzec 2012.
¿Pero y dónde entonces queda Junab Kú? Es una palabra compuesta por los frailes franciscanos que llegaron a Yucatán a evangelizar y completar la conquista de la Península por la vía espiritual, afirma el arqueólogo yucateco Guillermo Kantún, especializado en epigrafía.
La palabra Junab Kú, señala, viene del maya yucateco (o peninsular) y se forma de las palabras /jun/ “uno”, /-ab/ “solo”, y /k’uh/ “dios”. Esta palabra fue inventada o quizá adoptada por los misioneros y usada para la dar idea de su dios único, omnipotente y cristiano. La encontramos solo en fuentes coloniales como el Diccionario de Motul, pero está ausente en textos mayas relevantes como el Ritual de los Bacabes o el Popol Vuh.
Asimismo, el concepto Hunab Kú está totalmente ausente de los textos jeroglíficos prehispánicos. Kantún conserva la ortografía colonial, explica, “por sus asociaciones a los conceptos de dominación intelectual”.
Hunab Kú entró al vocabulario de los movimientos milenaristas del 2012 como la lectura de un supuesto “glifo maya antiguo”, una especie de “Yin-Yang” de los mayas.
[pullquote] La palabra Hunab Kú entró al vocabulario de los movimientos milenaristas del 2012 como la lectura de un supuesto “glifo maya antiguo”, una especie de “Yin-Yang” de los mayas. El diseño aparece primero en el Códice Magliabechiano, un manuscrito del centro de México (probablemente azteca) de finales del siglo XVI [/pullquote]
El profesor John Hoopes ha rastreado a través de la historia este motivo usado por los movimientos de 2012, y aparentemente los frailes españoles introdujeron estos diseños a los tejedores del suroeste de Estados Unidos desde México.
El diseño aparece primero en el Códice Magliabechiano, un manuscrito del centro de México (probablemente azteca) de finales del siglo XVI, y parece haber estado asociado con un festival mexica de los “bezotes” (ornamentos que se usaban en una hendidura en el labio inferior).
Los facsímiles de este códice realizados por Zelia Nuttal proporcionan modelos para los artistas mexicanos modernos. Fue en una tienda de tejidos de la ciudad de Oaxaca (Oaxaca) que José Argüelles (el creador de los movimientos de 2012) se apropió de este signo.
Lo que está claro es que “el famoso signo de Hunab Kú no tiene nada que ver ni con algún dios ni con los mayas”, afirma Kantún.
Sobre Hunab Kú, comenta Hoopes lo siguiente: “En otras palabras, los misioneros católicos del México colonial estaban intentando usar el concepto de Hunab Ku (que bien pudieron haber inventado) para referirse al ‘único Dios verdadero’… Es un poco irónico que este concepto, una herramienta usada por los ideólogos cristianos que intentaban destruir la cultura maya tradicional, haya sido adoptado por otros que ahora pretenden ‘descubrirla y celebrarla”.
Entonces prestemos mucho oído a las plegarias y no nos dejemos engañar por falsos jmeen.