Mérida, Yucatán, 13 de abril de 2017 (José Natividad Ic Xec, elChilamBalam).– ¿Cómo se dice Semana Santa en lengua maya? No sé, pero hasta hace cuatro décadas estos días en que la iglesia católica celebra la pasión y muerte de Jesús eran llamados en maya yaayaj k’iino’ob, es decir, “días de dolor”.
Hoy me he preguntado cómo lo diría en mi lengua materna y mi memoria y los diccionarios –los que tengo a mano–no me han dado una respuesta.
Máatak yaayaj k’iino’ob, nos decían y nos prohibían realizar alguna actividad de diversión que hacíamos de fijo, por ejemplo corretear en el táankab de nuestro solar, o subirse a los árboles a pegar de gritos haciendo de monos.
Máatak yaayaj k’iino’ob, te decían y te obligaban a estar sin hacer nada, lo que es muy difícil para un niño o a un adolescente amante de las calles de Peto.
Máatak yaayaj k’iino’ob, nos decían… ¿pero en qué pensaban exactamente nuestros mayores cuando nos obligaban a estar como en duelo? Si pensaban que “semana santa” era un asunto cristiano, ¿por qué no nos llevaban a la iglesia?
Para mí yaayaj k’iino’ob es una casi insoportable quietud en la casa. Prohibida la música, los gritos, las risas. Nada se mueve dentro. Nada se mueve afuera: los árboles sin viento, las gallinas guardan silencio acurrucadas bajo el fresco de las matas de ciruelas y la luz del sol se va apagando con una suave tristeza. De cuando en cuando el polvo de los caminos se alza e intenta volar pero de nuevo cae vencido por la tristeza. Yaayak k’iino’ob bin.
Papá está acostado, su rostro virado hacia el pak’lu’um (pared de tierra), parece descuidado, y yo sigilosamente me dispongo a huir a la calle.
– Tu’ux ka bin –me sorprende.
– Jan in ka’aj báaxal –digo vacilante.
– Ma’ bin mixtu’ux, ma wáa táan a wilik yaayaj k’iino’ob –dice tajante y vuelve a fijar la mirada en el pak’lu’um.
Releyendo los Cantares de Dzitbalché, encuentro en el tercer poema una descripción que encaja exactamente con esta atmósfera psicológica (religiosa) de los yaajyaj k’iino’ob que bien conozco por experiencia. Se trata de los primeros 7 versos en maya, según la división de Alfredo Barrera Vásquez (aunque en los de abajo los hemos reordenado).
U k’iinil t ook’ol
U k’iinil k’aasil ba’al
Cha’ak’ab kisin
Je’ek’ab Mitnal
Mina’an utsil
Chen yaan loobil
Aawat yéetel ook’ol
Ts’o’ok u máan jump’éel túulis ja’ab…
Son días de llanto
Son días de eventos trágicos
El demonio anda suelto
Están abiertas las puertas del infierno
No hay bondad
Sólo hay maldad
Gritos
Llantos
Ya ha transcurrido un año completo…
(Traducción nuestra)
De pronto podría pensarse que la Semana Santa cristiana equivale, psicológicamente, a los Xma’k’aaba’ k’iin de los mayas, es decir, esos “cinco días sin nombre”, durante los cuales podría ocurrir lo peor.
Y la descripción no podría ser más exacto: son días de llanto, las puertas del infierno están abiertas, el demonio anda suelto; gobierna la maldad, sólo hay gritos y hay llantos… Llegaron los días sin nombre.
No digo que estos dos eventos equivalgan a lo mismo, pero es muy tentador decirlo cuando sabemos cómo desde los primeros años de la Colonia nuestros antepasados se las ingeniaron para practicar sus creencias, conservarlas y seguir mirando lo propio que han colocado debajo del ropaje de lo extraño.
En estos yaayaj k’iino’ob es verdad que no he ido a golpearme el pecho en la iglesia pero estoy en una especie de “retiro”, estoy en un respetuoso silencio, esperando que pase los xma’ k’aaba’ k’iin (los días aciagos) para retomar de nuevo mis trajines.
Realmente algo muy bonito de leer, así me crecieron a mi. Días de guardar. Gracias!!