El saqueo del patrimonio arqueológico está a la orden del día, pero lo que es realmente devastador es la construcción sin permisos que realizan medianos terratenientes en la ciudad de Mérida, afirma la arqueóloga María José Gómez Cobá, experta en realizar salvamentos arqueológicos en áreas urbanas.
Entrevistada a propósito del saqueo “hormiga” de piezas arqueológicas que se cometen en pequeñas poblaciones, la profesional lamenta esta práctica que en parte se deriva de la necesidad de la gente y en parte de la falta de una educación que les ayude a apreciar el valor de lo suyo.
No obstante, señala que el saqueo de piedras labradas es la práctica más evidente y más común, y todavía más preocupante porque lo cometen empresas grandes que disponen de vehículos de volteo y brigadas enteras que entran a deshoras en zonas habitacionales en donde hay “cerritos” y se dedican a desbaratar el lugar para apropiarse de las piedras prehispánicas.
–El problema en este caso es la falta de una denuncia –afirma María José Gómez. Personas, incluso profesionales que conocen el valor del patrimonio, comentan por lo bajo estas prácticas de las que son testigos o simplemente se enteran, pero no presentan una denuncia en forma porque por temor o por no meterse en problemas.
Sin embargo, el daño más grave contra el patrimonio es el que inflingen los pequeños terratenientes, aquellos que tienen unas hectáreas y se deciden a construir pero sin cumplir los requisitos de las autoridades. En muchas de estas obras no reportadas las maquinarias pesadas destruyen en un santiamérn sitios arqueológicos importantes, pues Mérida está rodeada de un sinfín de estos.
Sin duda, la denuncia ciudadana es importante para detener las prácticas depradatorias de empresas irresponsables contra el patrimonio de los yucatecos, pero una educación orientada a crear conciencia sobre el valor cultural de los sitios arqueológicos será decisiva para su cuidado, afirma María José Gómez quien trabaja actualmente en un importante salvamento en el oriente de Mérida.