Una pregunta recurrente en la actualidad es cuál fue la causa de la extinción de la civilización maya. Una respuesta también recurrente es que se debió a una sequía extrema debida a la deforestación irracional. Sin embargo, hay otras razones según los estudiosos. He aquí una que no es muy conocida.
Cuando los españoles llegaron a Yucatán, la civilización maya ya estaba casi extinguida, pero los del norte sobrevivieron gracias a la abundante agua que proveían los cenotes, según una hipótesis del extinto yucateco José Díaz Bolio.
El amante de la cultura maya, cuyos hallazgos han sido un escándalo en la arqueología oficial, recuerda que la decadencia maya puede explicarse por diversas razones, entre las cuales la principal ha sido la influencia nahoa-tolteca que también fue causante del colapso de la cultura Maya-Quiché.
La influencia nahoa en Yucatán marcó el fin de la civilización en esta tierra, tal como el establecimiento de los aztecas en el Valle de México marcó el fin de la civilización tolteca, cuando Teotihuacán y Tula llegaron a su fin, asienta, siguiendo el opúsculo “El colapso maya y los nahoas” (México, 1959), de Rafael Girard.
Girard sostiene que fue la “monstruosa y sanguinaria religión” de los antiguos mexicanos lo que arruinó la civilización Maya-Quiché.
Descubridor del patrón serpentino de la civilización maya, Díaz Bolio cita un dato significativo en apoyo a Girard: que cuando Quetzalcóatl-Topiltzin de Tula oía hablar de sacrificios humanos éste “se tapaba los oídos”.
Asimismo se lee en el Códice Chimalpopoca que cuando los aztecas derrotaron a Quetzalcóatl, se les dijo: “Mexicanos: ya se fue el tolteca. Ahora, he aquí vuestro alimento: comerán corazones humanos”.
Díaz Bolio redunda sobre el tema en su Idioma de los códices: teoría de los cenotes. Las ideas anteriores están contenidas en la Guía instructiva a las ruinas de Uxmal. Unica que contiene la teoría de la civilización maya, editada por Area Maya.