Fue el 20 de abril de 2002 cuando nos organizamos para visitar unos cenotes en el municipio de Homún. El grupo para esta expedición estaba integrado por Sergio Grosjean, Jorge Victoria, Enrique Soberanis (†), su hijo de 6 años, y el que escribe esto. Lo primero que hicimos fue ir al domicilio del señor Elmer Echeverría Enríquez, el guía local. Entonces tenía él 67 años y era propietario de un taller de herrería que le permitía ganarse la vida. Pero casi de inmediato nos dijo que su pasión era explorar los cenotes y que conocía 200 tan sólo en este municipio.
Primero nos dirigimos al cenote Chulul, que se encuentra a unos tres kilómetros al poniente de la cabecera municipal. Debido a que el camino estaba muy malohicimos el último tramo a pie. Bajo el sol de medio día llegamos a la cavidad la cual tiene un acceso vertical, pero la escalera estaba rota. Don Elmer la compuso para que bajáramos todos y nos acompañó en todo momento en el interior de la cavidad hasta que salimos a las cuatro de la tarde.
Tal como don Elmer nos ayudó en esa ocasión, así los hizo con muchos otros espeleólogos, buzos, incluido al personal Discovery Channel cuando en 2001 se filmó un documental en Yucatán, junto con el equipo de la Subdirección de Arqueología Subacuática (INAH). De hecho, decía que se le encendía el ánimo cuando llegan los visitantes a solicitar sus servicios.
En julio de 2009, junto con otro equipo de trabajo, fuimos en busca de don Elmer Echeverría Enríquez, guía de todos los buzos que van a explorar en los cenotes de este municipio, para asistir a un ritual que realizó el jmen don Andrés May May, de Cuzamá, a la entrada del cenote Balmí. En el trayecto de Homún a Cuzamá nuevamente tuve la oportunidad de conversar con don Elmer. Me confió que ya había descubierto un total de 300 cenotes en este municipio y me pareció asombroso que este buen señor guardara perfectamente en la memoria el nombre y ubicación de cada uno.
Después resaltó la importancia de hacer el ritual de pedir permiso para entrar a las cuevas, pues de esa manera, según él, se evitan los incidentes negativos que se han dado en algunas ocasiones cuando de manera inexplicable fallan los equipo de buceo o simplemente las cosas salen mal. Para mayor fortuna se encontraba con nosotros don Eduardo, hermano menor de Elmer, otro gran conocedor de las grutas y los cenotes locales, quien ya nos había guiado en otras expediciones. Al terminar el ritual entramos a explorar la cueva Balmí y al salir don Elmer me preguntó si quería conocer la Cueva de las Manitas. Como ya había escuchado muchas veces sobre esta cavidad, le dije que sí. Sin perder tiempo fuimos a esta caverna y así concluyó este banquete espeleológico.
Después resaltó la importancia de hacer el ritual de pedir permiso para entrar a las cuevas, pues de esa manera, según él, se evitan los incidentes negativos que se han dado en algunas ocasiones cuando de manera inexplicable fallan los equipo de buceo o simplemente las cosas salen mal. Para mayor fortuna se encontraba con nosotros don Eduardo, hermano menor de Elmer, otro gran conocedor de las grutas y los cenotes locales, quien ya nos había guiado en otras expediciones. Al terminar el ritual entramos a explorar la cueva Balmí y al salir don Elmer me preguntó si quería conocer la Cueva de las Manitas. Como ya había escuchado muchas veces sobre esta cavidad, le dije que sí. Sin perder tiempo fuimos a esta caverna y así concluyó este banquete espeleológico.
El 4 de junio de 2011 de nuevo recurrimos a don Elmer, pues el diligente arqueólogo Sergio Grosjean Abimerhi organizó una gran expedición en la que participaron su equipo de trabajo y el Grupo Espeleológico Ajau. El objetivo fue hacer un documental para un medio de comunicación nacional en la cueva de Muul, ubicada en Homún. Una vez más contamos con la valiosa ayuda de don Elmer para el acceso a esta difícil caverna y con todo su vigor para internarse en las profundidades.
Hubo más ocasiones en las que visitamos otras cavernas de Homún, siempre con la compañía de don Elmer, quien en todo momento nos mostraba no solo los caminos de acceso a las cavidades sino que también nos enseñaba muchos de sus conocimientos adquiridos a lo largo de su vida. Por eso puedo decir que este hombre no solo fue un guía sino un verdadero maestro del mundo subterráneo.
El domingo 1 de agosto de 2021, a las 4 de la tarde me habló Sergio Grojean para comunicarme que había fallecido don Elmer. Recibí la noticia con mucho pesar, pero luego recapacité y me acordé que para muchos de nosotros a los que nos gusta explorar las cuevas y los cenotes, la muerte no es más que un paso ineludible en la vida y que en un incierto futuro nos vamos a reencontrar en el inframundo y allí seguiremos explorando hasta la eternidad. No faltaba más ¡Ahí nos vemos don Elmer!
Carlos Evia Cervantes
Carlos Augusto Evia Cervantes es antropólogo social por la UADY y fundador del Grupo Espeleológico Ajau. Es un reconocido estudioso de los mitos mayas