Mérida, Yucatán, 17 de febrero de 2012 (elChilamBalam).– La maya es la lengua indígena más importante en México por el número de hablantes y es una pena y una vergüenza que las autoridades estatales y las instituciones la tengan en el descuido y no les interese el asunto más que para vender turísticamente.
En el INAH, la posición de los investigadores, particularmente los de lingüística, ha sido siempre ésta: insistir a la autoridad de que la lengua también es un patrimonio histórico, junto con las zonas arqueológicas, por lo que es necesario invertir recursos para su afirmación y fomento, afirma el maestro Fidencio Briceño Chel, especialista en el idioma maya y promotor de la cultura desde hace 30 años.
“En este año, por ejemplo, la Unesco ha elegido a Yucatán como sede de los festejos del Día Internacional de la Lengua Materna, que oficialmente se celebra el 21 de febrero, pero muy pocos yucatecos saben del festejo por el poco interés que hay en el tema”, lamenta el estudioso, en charla con elchilambalam en la biblioteca del INAH Mérida.
Hasta el miércoles 15 pasado, el INAH no había recibido ninguna notificación de eventos en qué participar, señala el asesor de la Unesco e investigador del Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (Inali), en donde durante dos años elaboró el Catálogo de las Lenguas Indígenas Nacionales. Si desea descargar el pdf del catálogo pique AQUÍ.
En días previos elchilambalam había indagado en el Ciesas (Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Atropologia Social) sobre la celebración del Día de la Lengua Materna pero tampoco tenían nada, ya que se coordinaban con la Comisión Nacional de Desarrollo Indígena (CDI) pero en esta ocasión no se acordó nada.
Fidencio Briceño Chel es uno de dos latinoamericanos que fungen como asesores en lenguas en peligro de extinción de la Unesco. Curiosamente, el otro también es un yucateco.
¿El descuido se deberá a la falta de recursos? Desde luego que no. Para un evento como éste, de importancia internacional, el gobierno federal libera fondos suficientes, por medio del Inali, para celebrar la fecha de importancia internacional, ya que a él vendrán representantes de todo el país. Cuando ha tocado de sede en otros estados el movimiento es grande, la difusión extensa y se toma en serio.
Las palabras del maestro Fidencio Briceñofluyen sin trabas. “En realidad, el desinterés de las instituciones por el idioma ha sido una constante. Si bien el INAH hace producciones y algunas investigaciones éste los realiza con fondos externos, de fundaciones y organizaciones internacionales, lo cual no debiera ser pues se debe destinar un fondo para este rubro”.
En la década de los ochenta, “cuando apenas terminaba la carrera advertí sobre la importancia de promover la maya por el peligro de extinción y fui tomado en broma y los mayores exclamaron ‘qué va a saber este muchacho’”. Insistí sobre la necesidad de velar por el idioma, lo cual me valió finalmente que me “expulsaran” de Yucatán, recuerda Fidencio Briceño. Para fortuna mía comencé una carrera en la que todavía estoy, y me siento muy retribuido por el puro gusto de hacer lo que me gusta.
Sobre la maya como la lengua indígena más viva, precisa: “El gobierno federal, con espíritu centralista, insiste en presentar al náhuatl como la lengua más hablada, sin embargo eso es falso y ahí están las estadísticas que lo demuestran”.
Y abre un catálogo que obsequia a elchilambalam. La maya que hablan los yucatecos, dicen mientras hojea, es la más homogénea en todo el país. Si bien hay algunos matices propios de cada región, la lengua es igual. En el caso del náhuatl hay 30 variantes que se hablan en lugares diversos de la república. En las estadísticas del censo aparece el náhuatl como mayoría pero contando como uno solo. Pero comparativamente, los que hablamos maya yucateco somos más”.
Actualmente el maestro Fidencio (quienes lo conocen lo llaman simplemente Fidencio, como uno más de ellos) trabaja en proyectos del INAH, colabora con Guatemala, la Unesco, en Yucatán es asesor de universidades, tiene proyectos para comunidades mayas los cuales realiza en días de descanso junto con su familia, además de varias producciones editoriales para fomentar la lengua maya y su aprendizaje.