Una expedición a Izamal dirigida por la directora del Registro Público de Monumentos y Zonas Arqueológicas e Históricas del INAH Nacional para practicar un peritaje a daños “hipotéticos” al Kinich Kakmo fracasó este sábado 12 a causa de una serie de incidentes “reales”.
La doctora Blanca Paredes Gudiño y alrededor de 50 estudiantes tenían planificado salir de Mérida este sábado a las 9 am y regresar a las 2 pm, luego de “ensayar” un peritaje en la zona arqueológica en donde recientemente se han reportado daños (reales) al patrimonio nacional, según diversas publicaciones de prensa.
Un autobús contratado para trasladar a 40 personas arribó al Centro INAH Yucatán puntualmente, pero resultó ser un vehículo a todas vistas inseguro y que también resultó con un cupo menor de lo que estaba previsto. No obstante salió con los pasajeros que cupieron minutos después de las 9 am.
Para solucionar el problema del transporte, los académicos que coordinan la actividad gestionaron los permisos correspondientes para sacar camionetas del instituto, lo cual se logró después de casi una hora. Cuando una tercera camioneta salió para abastecerse de combustible, la noticia de la descompostura del autobús que había salido casi una hora antes frustró definitivamente el viaje a Izamal.
Ya reunidos la mayoría en la biblioteca del INAH Yucatán, en donde se realiza el VIII Diplomado en Ciencias Antropológicas, la doctora Blanca Paredes puso en marcha el plan alterno que consistió en hacer el peritaje a un lote de cerámicas.
Una exposición previa del arqueólogo Rafael Burgos puso al tanto a los estudiantes de la peculiar problemática de Izamal. La destrucción de la zona arqueológica de Izamal es antigua, recordó Burgos. Y dijo que de ella fueron extraídas las piedras para la construcción del Convento y de las casas del centro. Asimismo es muy diferente a la que afrontan otras zonas, como el de Acanceh y otras, El crecimiento demográfico y la realización de obras que no son revisados por el INAH (como debiera ser) son, agregó, dos problemas recurrentes, aunque ya se está trabajando en ello.
La construcción de una casa justo en una esquina desde donde se tiene vista completa de la pirámide del Kinich y la edificación de un restaurante sobre un basamento prehispánico son dos asuntos pendientes de solucionar, y en ello trabajan actualmente los expertos del INAH, según la exposición. El segundo tema es más delicado, señaló, porque es propiedad de un político y en este caso los del INAH “vamos un paso detrás” (a causa de las influencias del propietario. El paréntesis es nuestro).
En la solución de conflictos de este tipo, entre la custodia de los bienes nacionales y los propietarios, el INAH realiza peritajes multidisciplinarios y realiza recomendaciones. El INAH no se opone al desarrollo, sino hace recomendaciones para salvaguardar los bienes de la nación y dejar satisfecho al propietarios. Por ejemplo, en el caso del propietario que quería construir en la esquina, una opción es que el Estado proporcione al dueño perjudicado una propiedad en otro punto de la ciudad, señaló la maestra Paredes Gudiño.
Se recalcó que los monumentos arqueológicos y “donde se presuma presencia” son propiedad de la nación, según las leyes. “La tierra es de los propietarios, pero no los monumentos”, enfatizó la doctora Paredes Gudiño.
El VIII Diplomado sobre Ciencias Antropológicas se inició la primera semana de mayo y culminará en la segunda semana de diciembre.