Una mirada al tiempo de los mayas en París

Una vista de la exposición de arte maya en París

Una vista de la exposición de arte maya en París

Por Nicole GENAILLE, enviada especial de El Chilam Balam. Museo del Quai Branly, en París. El coloquio “Medidas y texturas del tiempo entre los mayas. Lo dicho, lo escrito, lo vivido” abrió el miércoles 8 de octubre en París y la conferencia inaugural estuvo a cargo de Mercedes de la Garza (UNAM), curadora de la exposición “Mayas. Revelación de un tiempo sin fin”, con su disertación “los mayas y la trama de los tiempos”.

Desde el tiempo de la naturaleza, en el tiempo en que dominaban los fenómenos cósmicos, el tiempo se presenta como una espiral de ciclos, a la manera en que como luego lo vimos en el tiempo de la historia, como en la llamada serie inicial de las inscripciones, la rueda de los katunes y las profecías. Asimismo, los seres humanos sólo podían superar las amenazas del tiempo con el ritual, lo cual también se presenta como una espiral.

Los otros tiempos, los de más allá, son el tiempo de la muerte, pero también los del mito. De la quietud intemporal, el Popol Vuj pasa a las varias creaciones, que es otra espiral. Mercedes de la Garza presentó también el mito de Palenque y concluyo que los dioses necesitan el rito para vivir. El tiempo de los otros mundos, el de los wáay, del sueño y de la éxtasis, el de los chamanes, es un tiempo “intemporal” en donde futuro y pasado están simultáneamente presentes. Y los distintos tiempos se yuxtaponen en el ritual.

El inevitable jaguar de los mayas, en la misma exposición

El inevitable jaguar de los mayas, en la misma exposición

Después de esa síntesis luminosa, Kerry Hull (Brigham Young University) presentó en español una conferencia apasionante sobre los mayas de hoy, “marcando el tiempo entre los mayas ch’orti”, y se refirió a las divisiones del día y del año que hacen usando el trayecto del sol y los fenómenos naturales que rigen principalmente las actividades de la milpa, para determinar la buena época para sembrar y la llegada de la época de las lluvias. Un ciclo que interesó mucho al público fue el periodo de ocho días: exactamente el tiempo que toma el grano de maíz para hacer su plantita: eso podría explicar por qué el número ocho está escrito en glifos por la cabeza del dios del maíz.

En la tarde comenzaron las ponencias. El tema estaba las representaciones del tiempo. Todas las ponencias fueron en español.

Tres ponencias versaron sobre los mayas clásicos. Primero, Rogelio Valencia Rivera (Universidad Veracruzana, Xalapa) habló sobre el uso de los animales para indicar periodos en la cuenta larga, por ejemplo los sapos, los animales con cola prensil que viven en los arboles (mono araña) y los aves, que hacen pensar que en el origen de esa forma calendaria fue más para pronosticar temporadas de lluvia, que para indicar fechas astronómicas.

En la discusión, Michèle Coquet (del CNRS, Centro Nacional para la Investigación Científica de Francia, por sus siglas en francés), una estudiosa de las culturas africanas, hizo un paralelismo entre los mayas y los pueblos africanos que indican fechas con animales para marcar las lluvias.

Enseguida los especialistas de Naachtun indicaron que al inicio del Clásico, las fechas de las estelas fueron sobre días de la vida cotidiana y eventos históricos. Después se encontraron más y más fechas “redondas” (es decir, terminadas en cero) pues son fechas de fin de ciclo relacionadas con fiestas religiosas, indicando un uso más ritual. Al mismo tiempo, los edificios de la ciudad se construyeron más y más hacia el Este. Es posible que al Clásico tardío hubo procesiones recurriendo la ciudad, y así también la evolución del tiempo.

Antes de esas dos ponencias sobre fechas, Erik Velásquez (UNAM) habló de las obras de arte, y de su “representación del tiempo”: el autor notó que hay a veces fechas imaginarias para indicar un tiempo mítico, y que en algunos monumentos el tiempo real está figurado a la derecha, y el tiempo mítico está a la izquierda. Insistió también sobre la peripateia, que permite al artista evocar el momento dramático, descomponiendo los instantes; insistió al fin sobre la necesidad de leer una obra maya como un todo, usando las técnicas reconocidas de los historiadores del arte (Panovsky). En la discusión, Danièle Dehouve (del CNRS) precisó las varias metáforas usadas en el arte.

La ultima ponencia del día trató de los mayas de hoy. Con apoyo de vídeo, Olivier Le Guen (CIESAS) habló de la lengua yucateca, y de la lengua de señas pero específicamente entre mayas yucatecos. El autor ve en las dos lenguas “una concepción cíclica” del tiempo, pues un único gesto (el dedo hacia el suelo) indica el presente, y otro único gesto (la mano levantada hacia atrás) define también el pasado y el futuro.

Ese primer día de coloquio estuvo tan lleno de ideas interesantes que casi estuvimos encerrados en el museo al fin de la tarde…

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